20 mayo | Niños
«Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca» Salmo 34: 1
En varias ocasiones, David se enfrentó a situaciones de riesgo. Él era un hombre amado por Dios y por el pueblo. El rey Saúl tenía mucha envidia de David porque no era tan querido como él. Así que un día, el rey Saúl comenzó a perseguir a David, y en un momento dado le arrojó una lanza. La lanza se estrelló contra la pared. Entonces David se asustó y tuvo que huir. ¡Pobre! ¿Qué había hecho mal?
Muchas veces, David clamó a Dios para que lo librara, ¡y Dios le respondió! David confiaba en Dios.
Cada vez que era liberado, le alababa. A veces componía una canción para celebrar la liberación, como el Salmo 34, que es una alabanza a la liberación. David estaba seguro de que una vez más Dios había enviado a sus ángeles para liberarlo. Esto lo llenaba de alegría.
En acción
¿Por qué no memorizas este versículo? «El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende» Salmo 34: 7.