7 junio | Niños
«Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán» Salmo 126: 5
¿Alguna vez plantaste una semillita? ¿Qué plantaste? ¿Frijoles? ¿Tomates? ¿Alguna fruta? ¿No es lindo ver salir un pequeño brote, muy pequeñito, que luego crece y se hace más grande? Luego las hojitas empiezan a tomar forma, y con el tiempo, la plantita crece.
A mí me gusta mucho plantar semillas. Ya he plantado semillas de limón, mora, durazno, mandarina y otras frutas. ¡Qué bonito es ver salir las flores y luego a las pequeñas frutas!
Un agricultor o sembrador es la persona que trabaja en la plantación. Su trabajo es agotador. A veces trabaja bajo un sol ardiente y le empiezan a doler los brazos y la espalda. Pero al cabo de un tiempo, experimenta una gran alegría cuando sus cosechas empiezan a producir. Está tan contento que olvida lo cansado que está.
Los que difunden la Palabra de Dios son como los sembradores. A veces se burlan de ellos y los critican, pero se alegran mucho cuando ven que la gente viene a Jesús como resultado de su trabajo.
En acción
Prepara una linda tarjeta y un libro sobre Jesús para llevárselos a un vecino. ¡Tú también eres un sembrador!