8 junio | Niños
«Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia» Salmo 127: 1
¿Alguna vez has visto cómo construyen una casa o un edificio? El constructor planifica todo muy cuidadosamente y usa los mejores materiales para que la construcción sea fuerte y segura. Pero ¿sabías que tú también eres como una casa en construcción? Dios es como ese constructor, el mejor de todos, y quiere ayudarte a crecer fuerte, inteligente, y lleno de amor.
Y al igual que las ciudades tienen guardianes para protegerlas, Dios también nos protege a nosotros. Él cuida de nosotros día y noche para que nada malo nos pase.
Para que Dios pueda ayudarnos a crecer y protegernos, tenemos que invitarlo a nuestra vida. Solo con él podemos ser las mejores versiones de nosotros mismos y estar seguros. ¿Has pensado alguna vez en pedirle a Dios que sea tu constructor y tu protector todos los días?
En acción
Si te gustan los bloques de construcción, ¿por qué no construyes algo bonito? Mientras lo haces, piensa en cómo Dios te está ayudando a crecer y en cómo te protege cada día.