17 enero | Niños
«Entonces el faraón envió a llamar a José; lo sacaron apresuradamente de la cárcel, se afeitó, mudó sus vestidos y vino ante el faraón» Génesis 41: 14
Una noche, el faraón de Egipto tuvo un sueño que perturbó profundamente su sueño y lo dejó buscando desesperadamente su significado. Había oído hablar de un joven en la cárcel, llamado José, conocido por interpretar sueños con precisión divina.
Sin demora, el faraón mandó llamar a José. Preparado y vestido apropiadamente, José se presentó ante el faraón para escuchar el relato de su sueño: siete espigas sanas seguidas por siete marchitas, y siete vacas gordas seguidas por siete flacas.
José, con humildad y fe, buscó la guía de Dios antes de hablar. Le reveló al faraón que los sueños predecían siete años de abundancia seguidos por siete años de hambre severa. La interpretación de José y su confianza en Dios impresionaron tanto al faraón que lo nombró gobernador de Egipto, encargándole la preparación del país para los años venideros. Desde la oscuridad de una celda, José ascendió a una posición de gran poder e influencia, todo gracias a su bondad inquebrantable y su fidelidad a Dios.
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