19 junio | Niños
«Si el que te aborrece tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua» Proverbios 25: 21
¿Tienes un montón de amigos con quienes te encanta jugar? Tener amigos es maravilloso, ya sea en tu barrio, en la escuela, en la iglesia, o en cualquier otro lugar donde te encuentres.
Sin embargo, a veces algunos niños pueden ser duros con otros: pueden decir cosas no muy lindas, no compartir sus juguetes, dañar las cosas de otros a propósito, reírse de sus compañeros, o incluso dar empujones o pellizcos.
No es nada agradable sentirse tratado de esa manera. Los niños que actúan mal suelen terminar solitos porque nadie quiere estar cerca de alguien que no es amable.
Salomón, un rey muy sabio, nos enseñó una lección importante: no debemos ser malos con los demás, incluso si ellos son malos con nosotros. Si un amigo no quiere compartir su juguete, puedes ser tú quien comparta el suyo. Si un compañero en la escuela no compartió su merienda contigo, ¿qué tal si le ofreces algo de la tuya otro día?
Comportarse de esta manera, con amor y generosidad, es una manera de enseñar a los demás cómo ser amables y cariñosos.
En acción
Si te sientes triste porque un amigo te ha lastimado, intenta orar por él: "Querido Dios, mi amigo me ha hecho sentir triste. Ayúdame a ser amable con él de todas formas. En el nombre de Jesús. ¡Amén!».