25 junio | Niños
«Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte como la muerte es el amor» Cantares 8: 6
En algunos países, cuando un hombre y una mujer se aman y deciden casarse, suelen ponerse un anillo en el dedo anular de la mano izquierda. Este anillo de boda significa que se prometen ser el uno para el otro para siempre. Es un pacto de unión o compromiso fundamentado en el amor.
Hoy, lamentablemente, hay muchas parejas que no cumplen este compromiso y se desvían del camino.
Salomón, en su sabiduría, nos recuerda que el amor es tan fuerte como la muerte, un lazo que no puede ser roto fácilmente por las pruebas del mundo. El amor verdadero trasciende las palabras, manifestándose en acciones de cuidado, respeto, protección y sacrificio. Es un amor que defiende, sonríe y perdura más allá de las dificultades.
Pero más allá del amor que puedan ofrecernos nuestras parejas, familiares o amigos, está el amor de Dios, un amor tan grande que entregó a su único Hijo para redimirnos. Este sacrificio supremo en la cruz es la máxima expresión de amor y devoción, una promesa divina de nunca dejarnos ni desampararnos.
En acción
Hoy, toma un momento para reflexionar sobre el amor inmenso de Jesús por ti. Con un corazón agradecido, ora diciendo: «Querido Jesús, gracias por amarme incondicionalmente, por tu sacrificio y por estar siempre a mi lado. ¡Amén!».