26 junio | Niños
«Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana» Isaías 1: 18
¿Viste alguna vez un copo de nieve? ¿Sabes cómo se forma? Todo comienza con una pequeña partícula de polvo. Al flotar entre las nubes, es «envuelta» por el vapor del agua de las nubes y se forma una gota. Esta gota se convierte en un cristal de hielo debido a las bajas temperaturas.
Cada cristal tiene seis caras, además de la superior y la inferior, debido a la composición química del agua.
Cuando Dios creó a Adán y Eva, sus corazones eran puros, sin mancha. No había pecado en sus corazones. Sin embargo, el pecado manchó esa pureza original, oscureciendo la relación de la humanidad con su Creador.
Pero la historia no termina allí; Dios prometió restauración y redención a través del sacrificio supremo de Jesús en la cruz. A través de él, nuestros corazones pueden ser lavados y restaurados a su condición original, tan blancos y puros como la nieve.
En acción
Reflexiona sobre la pureza y la belleza de un copo de nieve y cómo esto puede simbolizar la limpieza que Jesús ofrece a cada uno de nosotros. Expresa tu gratitud hacia Él por esta promesa de renovación. Si te sientes inspirado, dibuja un corazón rodeado de copos de nieve, simbolizando tu corazón limpio y renovado por Jesús. Comparte este dibujo o tus pensamientos con alguien cercano, explicando el significado detrás de él.