29 junio | Niños
«¡Cómo caíste del cielo, Lucero, hijo de la mañana!» Isaías 14: 12.
¿Te despertaste hoy después de dormir bien en tu cama? ¿Desayunaste? ¿Comiste alguna fruta, pan y un rico pastel que te preparó tu mamá? ¿Sabías que mientras tú comías, había niños muriendo de hambre porque no tenían nada que comer? Hay madres y padres malos que hacen daño a sus hijos, les insultan y les hacen sufrir mucho.
¿Por qué ocurre esto? Dios no creó el mundo así.
Antes de la creación del mundo, Dios había creado un hermoso ángel de luz llamado Lucifer. Era un músico muy inteligente y era muy querido por los demás ángeles.
Pero Lucifer empezó a tener celos de Jesús. Quería ser como Dios, así que empezó a decir mentiras sobre él a los demás ángeles. Dios lo llamó, le aconsejó pacientemente, pero no quiso cambiar. Después de mucho tiempo, se convirtió en Satanás y fue expulsado del Cielo con los que habían elegido seguirle.
Entonces decidió hacer todo lo posible para destruir a los hijos de Dios. Introdujo el pecado, la muerte, el hambre, el sufrimiento y la enfermedad al mundo.
En acción
Frente a la realidad del mal en el mundo, podemos sentirnos impotentes, pero no estamos solos. Dios nos ha dado la oración como una poderosa herramienta para enfrentar las oscuridades. Juntos, oremos para que Dios nos proteja del mal y nos use como portadores de su luz y amor en un mundo que tanto lo necesita. Di conmigo: «Querido Dios, mantén a Satanás lejos de mí y úsame para llevar tu amor a quienes lo necesitan. En el nombre de Jesús, amén».