5 julio | Niños
«No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia» Isaías 41: 10
¿Alguna vez has tenido miedo de dormir solo? Yo sí. Recuerdo cuando pasaba semanas en casa de mi abuela y el miedo me invadía por las noches. Para calmarme, ella permanecía a mi lado hasta que lograba dormirme.
El pueblo de Dios experimentó algo similar cuando fue llevado como esclavo a Babilonia. Allí, tenían miedo de sus enemigos, pero también sentían mucha tristeza. Lloraban porque querían estar en su país, con su familia y seres queridos.
Sin embargo, Dios les brindó consuelo. Les aseguró que no había razón para temer, incluso en una tierra tan distante, porque ellos eran su pueblo elegido. Dios estaba con ellos como su protector, brindándoles fortaleza, ayuda, y sostén.
¡El pueblo se sintió aliviado y feliz por este consuelo! ¿Por qué? Porque no estaban solos. ¡Dios estaba con ellos!
En acción
Reflexiona sobre los momentos en los que has sentido miedo o tristeza. Recuerda que, al igual que con el pueblo de Dios, él está contigo, ofreciéndote consuelo y protección.