10 julio | Niños
«¡Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano! [...] el cual será amplio en perdonar» Isaías 55: 6, 7
Cuando alguien nos trata mal, puede ser muy difícil saber cómo reaccionar. ¿Te pones triste y lloras, o quizás sientes ganas de responder de la misma manera?
Es interesante pensar que, desde que Adán y Eva eligieron desobedecer a Dios, cada persona nace con una inclinación a pensar y actuar de maneras que no son como las de Dios. Dios es la definición del amor y la bondad, pero los seres humanos, por otro lado, nacemos con tendencias hacia el egoísmo y a veces nos comportamos mal.
Dios, en su infinita bondad, podría haber decidido empezar de nuevo y crear a otro Adán y otra Eva. Sin embargo, eligió un camino diferente, lleno de amor y perdón. Dijo, en esencia: «A pesar de vuestro error, quiero ofreceros perdón. Quiero que tengan la oportunidad de vivir eternamente, y estoy dispuesto a dar mi vida por vosotros para hacerlo posible».
Este mensaje nos muestra que Jesús ama a todas las personas, incluso a aquellas que cometen errores. El deseo de Jesús es que todos tengamos la oportunidad de estar en el cielo con él. Pero para que eso suceda, debemos abrirle nuestro corazón, permitirle que lo transforme y nos ayude a pensar y actuar más como él.
En acción
Dibuja dos corazones: uno que represente el corazón lleno del amor de Jesús y otro que represente tu propio corazón justo al lado del de él.