15 julio | Niños

¡Gloria a Dios!

«Así ha dicho Jehová: “No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas”» Jeremías 9: 23

Aliyah tenía una vida llena de comodidades, rodeada de juguetes encantadores y ropa elegante. Una vez, cuando Liam visitó su casa para jugar, Aliyah no pudo evitar comparar: «Mi juguete es mucho más bonito que el tuyo». Las palabras hirieron a Liam, quien decidió no jugar más con ella.

En otra ocasión, al encontrarse con Natty, Aliyah presumió: «Mira mi ropa, ¿no es hermosa? Es mucho mejor que la tuya. Eso me hace mejor que tú». Las palabras dejaron a Natty sintiéndose menospreciada y decidida a no continuar la amistad con Aliyah.

Incluso en la iglesia, Aliyah no cesaba de alardear sobre su hermosa casa, comparándola con las de las demás, alienando así a más amistades.

El orgullo de Aliyah la llevó a la soledad, ya que sus amigas preferían la distancia a ser menospreciadas. La verdadera enseñanza de Dios nos recuerda que no debemos despreciar a los demás por lo que tenemos. Los regalos que recibimos son por la gracia de Dios, y deberíamos estar agradecidos por ellos, sin usarlos como una vara para medir nuestro valor frente a los demás.

En acción

Con la ayuda de tu mamá, haz una lista de cinco cosas por las que estás agradecido a Dios. Después de mencionar cada una, expresa tu gratitud diciendo «Alabado sea Dios».