19 julio | Niños
«Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón» Jeremías 29: 13
El pueblo de Dios había sido llevado a Babilonia como cautivos, lejos de su hogar y de las prácticas que los unían a su fe. Rodeados de una cultura ajena y sometidos a la esclavitud, su nostalgia por la tierra natal y su libertad crecía con cada día que pasaba.
Al enfrentarse a este entorno hostil y desconocido, muchos comenzaron a dudar del amor de Dios, preguntándose por qué debían soportar tal sufrimiento. A veces pensaban: «¡No creo que Dios nos ame! ¿Por qué estamos aquí?».
Este doloroso exilio fue resultado de su prolongada desobediencia. ¿Se acuerdan? Sin embargo, incluso en la adversidad, Dios aún los amaba y quería sacarlos de allí, pero no sería de inmediato. Se quedarían 70 años en esa tierra extraña, tras los cuales regresarían a su tierra. Durante este tiempo, se les instaba a mantener viva su fe, a continuar orando y buscando a Dios, confiando en que él respondería a su llamado.
En acción
Si alguna vez sientes que te alejas de Jesús o dudas de su amor por ti, recuerda este momento en la historia. Reflexiona sobre lo importante que es mantener una relación estrecha con Jesús, especialmente en tiempos difíciles. Habla con él, exprésale tus dudas y miedos, y pídele que te ayude a recordar siempre su amor incondicional.