24 julio | Niños
«Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias» Lamentaciones 3: 22
¿Has visto alguna vez cómo una ciudad puede cambiar después de una tormenta fuerte, con cosas destruidas y desorden por todas partes? Imagina cómo se sintió Jeremías al ver su ciudad, Jerusalén, completamente destruida, con casas derrumbadas y gente buscando comida entre los escombros. ¡Debe haber sido muy triste! Pero ¿sabes? Incluso en esos momentos difíciles, Jeremías encontró algo muy especial para recordar. ¿Puedes adivinar qué era?
Sí, recordó el amor, la misericordia y la bondad de Dios. Aunque la gente había cometido errores y estaba sufriendo, Dios todavía los amaba y quería ayudarlos. Jeremías se dio cuenta de que, no importa lo mal que estén las cosas, siempre podemos confiar en Dios porque Él nunca nos olvida.
En acción
Piensa en un día en que algo no salió como esperabas y te sentiste triste o decepcionado. ¿Cómo te ayudó Dios ese día? ¿Puedes dibujar algo que represente cómo Dios te cuidó? Comparte tu dibujo con alguien y cuéntale cómo te sentiste al recordar que Dios siempre está contigo.