21 enero | Niños
«Os tomaré como mi pueblo y seré vuestro Dios. Así sabréis que yo soy Jehová, vuestro Dios, que os sacó de debajo de las pesadas tareas de Egipto» Éxodo 6: 7
Bajo el yugo egipcio, los hebreos enfrentaban una vida de dura esclavitud, marcada por el trabajo forzoso y el trato cruel de los capataces. A pesar de haber crecido en el palacio egipcio, Moisés no permaneció ajeno al sufrimiento de su gente. Su corazón se inclinaba hacia sus raíces hebreas, y la injusticia de su situación le causaba gran tristeza.
Llegó el día en que Moisés, incapaz de soportar la opresión de su pueblo, dejó atrás el lujo del palacio para vivir una vida sencilla en el campo, cuidando ovejas y trabajando la tierra. A la avanzada edad de ochenta años, mientras realizaba sus labores cotidianas, Moisés fue testigo de un milagro: una zarza que ardía sin consumirse. Era Dios llamándolo, encargándole la monumental tarea de liberar a los hebreos de la esclavitud.
Con temor, pero guiado por la fe, Moisés regresó a Egipto para enfrentar al faraón, quien inicialmente rechazó su petición de liberar al pueblo hebreo. Sin embargo, Dios aseguró a Moisés que los hebreos serían liberados, pues eran Su pueblo elegido.
¿Lograría Moisés la liberación de los hebreos de Egipto? Esta pregunta resuena con la promesa divina de libertad y redención.
En acción
Conversa con tus padres sobre qué significa ser esclavo y la importancia de la libertad. Reflexiona sobre la valentía y la fe que se requieren para cambiar la historia, como lo hizo Moisés.