2 agosto | Niños

Niños honestos

«Usen todos pesas y medidas exactas» Ezequiel 45: 10, DHH

¿Te has fijado que a veces, cuando compartes tus juguetes o tu merienda con tus amigos o hermanos, quieres quedarte con el mejor juguete o con la parte más grande de la merienda?

Esto no solo pasa con los niños. Los adultos a veces también hacen cosas similares. Esto sucede porque en nuestro interior, a veces, queremos más para nosotros y menos para los demás. Eso no está bien, ¿cierto?

Pero sabes, cuando Jesús entra en nuestros corazones, él nos ayuda a ser más justos y honestos, a querer lo bueno no solo para nosotros sino también para los demás.

En un tiempo, la gente que vivía lejos de su hogar había aprendido a no ser muy justa ni honesta. Pero Dios les prometió ayudarlos a cambiar, a ser personas que tratan bien a los demás y son honestas.

¿Te gustaría ser una persona así?

En acción

¿Qué tal si dibujas una balanza y en cada lado pones un bocadillo del mismo tamaño? Esto puede recordarnos que Jesús quiere que tratemos a todos de manera justa y honesta.