4 agosto | Niños

Tres jóvenes dentro de un horno

«Porque si no la adoráis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiente, ¿y qué dios será el que os libre de mis manos?» Daniel 3: 15

El rey Nabucodonosor quería ser adorado por toda la nación y quería demostrar que su reino duraría para siempre. Así que mandó a construir una estatua del tamaño de un edificio, cubriéndola totalmente de oro.

Las personas más importantes del reino fueron invitadas a la ceremonia. Las trompetas debían sonar y todos debían arrodillarse ante la estatua. Quien desobedeciera sería arrojado a un horno muy grande para ser quemado.

Los amigos de Daniel eran fieles a Dios y solo le adoraban a él. Dijeron: «¡No adoraremos a la estatua!».

Esto enfureció al rey y ordenó a que los arrojasen a un horno de fuego. Los soldados que arrojaron a los amigos de Daniel no soportaron el calor y murieron. ¿Y qué pasó con los jóvenes que fueron arrojados? ¡No les pasó nada! De hecho, cuando el rey se acercó a ver si ya habían sido calcinados, vio a una cuarta persona en el horno. ¡Era el mismo Jesús!

¡El mundo necesita jóvenes valientes como ellos!

En acción

¿Quieres ser como aquellos jóvenes? Dibuja un horno con los jóvenes adentro. Ora a Dios para tener el mismo valor que ellos tuvieron, y también para serle fiel.