9 agosto | Niños
«Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová, vuestro Dios; porque es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y se duele del castigo» Joel 2: 13
En los tiempos bíblicos, la gente tenía una extraña costumbre cuando estaba muy triste, cuando ocurría algo muy malo, cuando perdían a un ser querido, cuando se enojaban y cuando se arrepentían. Esta costumbre consistía en rasgarse las vestiduras.
Rasgarse las vestiduras significaba que la persona estaba sufriendo mucho. Por lo tanto, una persona triste y sufriente se ponía harapos, no se arreglaba el pelo y lloraba a gritos hasta que se le pasaba la tristeza.
Cuando los mensajeros de Dios decían que Dios estaba muy triste por la desobediencia, la gente se rasgaba las vestiduras, lloraba y hacía promesas. Pero pocos cumplieron su promesa.
Entonces, Dios dijo que debían rasgar sus corazones y no sus vestiduras. Eso significaba arrepentirse de verdad y no fingir que se arrepentían.
En acción
¿Te gustaría intentar hacer algo que nos recuerde ser sinceros con nuestros sentimientos, especialmente cuando pedimos disculpas? Vamos a dibujar un corazón en un papel y luego, con cuidado, vamos a rasgarlo por la mitad. Mientras lo haces, piensa en algo por lo que necesites pedir perdón de verdad, y luego ora a Jesús, pidiéndole ayuda para arrepentirte sinceramente.