12 agosto | Niños

Nuestro guerrero protector

«Pero en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; será un remanente santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones» Abdias 1: 17, RVC

Piensa en esos guerreros de antaño, con sus armaduras relucientes y armas poderosas, preparados para defender su tierra y su gente de cualquier peligro. Ahora, imagina un Guerrero aún más fuerte y valiente, uno que no necesita armaduras ni espadas porque su poder supera todo entendimiento. ¿Te imaginas quién es? Sí, ¡Dios mismo!

En un mundo que a veces parece dominado por la maldad, donde la injusticia, la codicia y el engaño pueden florecer, la Biblia nos asegura que tenemos a este Guerrero divino de nuestro lado, luchando por nosotros y prometiendo un futuro sin miedo, donde reinarán la bondad y el amor.

Este Guerrero, que es Dios, está comprometido a erradicar el mal de nuestro mundo, garantizando que un día viviremos en un lugar donde la seguridad y el afecto sean la norma, no la excepción. Donde las flores nunca se marchiten y los animales vivan en paz eterna, un reflejo del amor y la protección eternos de Dios.

En acción

Aunque no te pido que busques imágenes de guerreros, ¿por qué no imaginas y dibujas cómo sería tu vida bajo la protección de este Guerrero divino? Piensa en símbolos de protección, fuerza y paz que representen lo que significa tener a Dios luchando por ti. Puede ser un escudo, una luz que ilumina la oscuridad, o incluso un jardín florido, seguro y sereno, simbolizando el reino eterno prometido por Dios.