24 agosto | Niños
«Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto» Malaquías 3: 10
Todo en este mundo, desde el sol que brilla en el cielo hasta las monedas que tintinean en tu hucha, es parte del maravilloso mundo creado por Dios. Y sí, eso incluye a tu familia y a ti. Dios, en su generosidad, comparte con nosotros todo lo que tenemos.
Pero Dios también nos enseña a compartir, y una forma de hacerlo es a través del diezmo. ¿Sabes qué es eso? Imagina que tienes diez dulces. Dios nos pide que le devolvamos uno de esos dulces, ese uno es el diezmo, y los nueve restantes son para ti. Si cada vez que recibes algo, guardas un poquito para Dios, estás practicando el diezmo.
Esta práctica ayuda a que la iglesia siga compartiendo el amor de Dios con todos. Y aunque parezca que estamos dando, lo cierto es que recibimos mucho más a cambio. Dios nos bendice de maneras increíbles cuando compartimos.
En acción
Ahora, ¿qué te parece si haces un pequeño ejercicio con tu mamá o papá? Toma diez monedas y aparta una como si fuera el diezmo, y esta moneda será para Dios. Es una manera práctica de aprender sobre compartir y ser agradecidos por todo lo que recibimos. ¿Listo para probarlo?