3 septiembre | Niños

Jesús cura a una niña

«Entonces, respondiendo Jesús, dijo: —¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora» Mateo 15: 28

Un día, Jesús estaba triste porque acababa de salir de su tierra y había sido despreciado.

De repente, se le acercó una madre desesperada. Lloraba y suplicaba: «¡Jesús, por favor, sana a mi hijita! Satanás quiere destruir su vida».

Esta mujer formaba parte de un grupo de personas que adoraban ídolos, y los judíos la despreciaban. Ella ya había pedido ayuda a sus dioses, pero no obtuvo ninguna respuesta. Cuando se enteró de que Jesús curaba a la gente, fue a buscarlo.

Al principio, él no le hizo mucho caso. Pero ella no se rindió. Empezó a seguirle, insistiendo en que curara a su hijita. Entonces Jesús le dijo: «Mujer, ¿de verdad debería ir a ayudarte?»

Ella respondió: «Sé que no lo merezco, Jesús, pero si puedes, aceptaré cualquier ayuda que me des porque creo en ti».

¡Jesús estaba tan impresionado con su humildad! Esta mujer tenía más fe que sus hijos que lo habían rechazado. Jesús se alegró y sanó a la hijita de la mujer.

En acción

Oremos: «Querido Dios, ayúdame a tener fe como la madre de esta niñita. En el nombre de Jesús, ¡amén!»