8 septiembre | Niños
«Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme» Mateo 25:35, 36
Cuando Jesús venga a llevarse a sus hijos, habrá dos grupos de personas: los que irán al cielo y los que se quedarán aquí en la tierra.
A los que estén a su derecha les dirá: «¡Bienvenidos, hijos míos! El reino es vuestro. Os he estado preparando este hogar desde que creé el mundo».
¿Cómo sabrá Jesús identificar quién es suyo y quién no? Hoy él está atento cuando alguien que tiene hambre nos pide algo de comer y somos amables. Él está atento cuando alguien no tiene dónde dormir y le ofrecemos un lugar, un colchón. Él está atento cuando alguien necesita ropa o tiene frío y le damos un abrigo o una manta. Él sabe cuando alguien está enfermo o en la cárcel y nosotros vamos a visitarlo.
Cada vez que hacemos algo bueno por alguien es como si lo hiciéramos por Jesús.
En acción
Pide a tu familia que te ayude a encontrar a alguien necesitado y separa una bolsa con ropa y comida para llevársela a esa persona.