19 septiembre | Niños
«Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso» Lucas 6: 36
Imagina un día tranquilo y soleado, Jesús y sus discípulos caminando a través de los campos de trigo. De repente, sienten hambre y comienzan a recoger algunas espigas para comer. Algo tan simple, ¿verdad? Pero en aquel tiempo, esto causó un gran revuelo. Algunos líderes religiosos los criticaron, diciendo que estaban rompiendo las reglas del sábado. Jesús les respondió con sabiduría, mostrando que el propósito del sábado no era imponer cargas, sino ser un día de alegría, descanso y bondad.
Piensa en Jesús sanando a las personas en sábado, demostrando que hacer el bien y ayudar a los demás es lo más importante. ¡Qué manera de enseñar sobre el amor y la misericordia!
Jesús compartió muchas lecciones valiosas: ser feliz, poner a Dios primero, amar incluso a aquellos que no nos tratan bien, y siempre elegir ser misericordiosos. Nos enseñó a ver a todos con ojos de amor, tal como Dios nos mira a nosotros.
En acción
Puedes intentar hacer algo bueno por alguien este fin de semana. Podría ser algo tan simple como compartir tu juguete favorito, ayudar en una tarea del hogar sin que te lo pidan, o decir una palabra amable a alguien que necesita ánimo. Y recuerda la lección de Jesús sobre la misericordia. También puedes memorizar el versículo: «Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso» Lucas 6: 36.