24 septiembre | Niños
«Jesús le dijo: —Hoy ha venido la salvación a esta casa» Lucas 19: 9
Había un hombre llamado Zaqueo. Era jefe de los recaudadores de impuestos y vivía en Jericó.
Todo el mundo odiaba a Zaqueo. ¿Saben por qué? Trabajaba para los enemigos romanos, cobrando una cuota a todos los ciudadanos. No solo eso, sino que cobraba más de lo que debía y se quedaba con una parte.
Se había enriquecido, pero no tenía amigos y se sentía muy miserable.
Entonces oyó hablar de Jesús. Zaqueo era judío y conocía las leyes. Sabía que lo que hacía estaba mal y, cuando oyó hablar de la predicación de Jesús, decidió dejar de hacer cosas malas.
Un día se enteró de que Jesús pasaría por Jericó y corrió a verlo. ¡Ah, pero Zaqueo era muy bajito! Nunca podría ver a Jesús.
Entonces tuvo una idea. Se subió a un árbol que estaba en el camino por donde pasaría Jesús y ¡se llevó una sorpresa! Cuando Jesús pasaba junto al árbol, no se alejó. Se detuvo, miró hacia arriba y dijo «¡Zaqueo, baja de ahí porque quiero ir a cenar a tu casa!».
¡Qué alegría! Zaqueo no lo pensó dos veces; bajó del árbol tan rápido como pudo y llevó a Jesús a su casa. Este encuentro cambió su vida: decidió no solo dejar de hacer cosas malas, sino también devolver todo lo que había tomado injustamente.
En acción
¿Quieres recrear este momento especial? Dibuja el árbol donde Zaqueo esperó a Jesús. Puedes usar papel marrón para hacer el tronco y papel verde para las hojas. Mientras lo haces, piensa en cómo un simple acto de buscar a Jesús puede cambiar tu vida. ¿Te imaginas a Jesús llamándote por tu nombre y queriendo pasar tiempo contigo? ¡Qué especial sería eso!