20 octubre | Niños
«No me avergüenzo del evangelio» Romanos 1: 16
Pablo era un hombre que cambió completamente su vida gracias a Jesús. Antes de conocerlo, hacía cosas muy malas; sin embargo, después de encontrarse con Jesús, su corazón se transformó y se llenó de amor y alegría. ¿Te imaginas cómo se sintió al darse cuenta de que, a pesar de su pasado, Jesús lo amaba tanto que lo transformó en una nueva persona?
Esa transformación fue tan grande que Pablo no pudo quedarse callado. Quería que todos supieran lo maravilloso que es Jesús y cómo puede cambiar nuestras vidas. Aunque antes lastimaba a los que seguían a Jesús, ahora era él quien quería contarles a todos sobre este increíble amor que lo había alcanzado.
Pablo nos enseña que no importa lo que hayamos hecho antes; si decidimos seguir a Jesús, él nos puede transformar y usar nuestras vidas para compartir su amor con otros. Así como Pablo, podemos ser valientes y compartir con alegría lo que Jesús ha hecho por nosotros.
En acción
¿Hay algo de lo que Jesús te haya ayudado a cambiar que quieras compartir con alguien más? Puedes empezar practicando cómo lo contarías: «Antes, me costaba mucho ____, pero desde que le pedí ayuda a Jesús, he podido ____». Y no te olvides de repetir el versículo de Pablo, que nos recuerda no tener miedo de compartir nuestro amor por Jesús.