27 octubre | Niños
«¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!» Romanos 10: 15.
Piensa por un momento: Jesús hizo un largo viaje desde el Cielo hasta nuestro mundo. No porque estuviera aburrido o quisiera unas vacaciones, sino porque nosotros, tú y yo, lo necesitábamos desesperadamente. Con sus curaciones, sus enseñanzas y sus historias, Jesús nos mostró una y otra vez cómo vivir la vida que Dios desea para nosotros. Y aunque ahora esté en el Cielo preparando un lugar para nosotros, no nos ha dejado solos. Nos ha enviado al Espíritu Santo para que nos guíe y nos consuele.
Pero aquí viene la parte emocionante: Jesús necesita de ti, sí, de ti, para seguir contando su historia. Imagínate, hay tantas personas allí afuera que aún no han oído sobre Jesús. ¿Cómo se enterarán si tú y yo no les contamos? Es una gran misión, pero también un honor increíble.
En acción
Piensa en tu historia favorita de Jesús. Podría ser cuando calmó la tormenta, o cuando alimentó a miles con solo unos pocos panes y peces. Practica contándola. Podrías contársela a tu familia durante la cena, o incluso a un amigo en el recreo. Y recuerda, no estás solo en esto; Jesús y el Espíritu Santo están contigo, dándote las palabras y el valor para compartir. ¿Listo para ser portavoz de Jesús?