4 noviembre | Niños
«No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» 2 Corintios 4: 18
Puedes ver tu casa, tu habitación, tu ropa, tus juguetes, tu cama, tus zapatos; puedes ver los edificios de la ciudad, los autos y tantas cosas a tu alrededor…
Pero ¿eres capaz de ver a Dios? ¿Puedes ver el cielo, donde Jesús está construyendo tu nuevo hogar? ¿Puedes ver los leones y los tigres que estarán allí? No puedes, ¿verdad?
Un día, todas las cosas que vemos a nuestro alrededor llegarán a su fin. Son temporales, es decir, ya no existirán. Pero las cosas que están en el cielo serán eternas, nunca terminarán.
Por eso debemos hablar más de las cosas del cielo que de las que nos rodean. Así nos acostumbraremos al cielo, el lugar maravilloso donde Dios nos espera.
En acción
Cuéntale a tus padres cómo crees que será el cielo.