6 noviembre | Niños
«Dios ama al dador alegre» 2 Corintios 9: 7.
¿Has visto alguna vez a un niño egoísta? Cuando alguien le pide algo, frunce el ceño y se aferra a lo que tiene en la mano y dice: «¡Es mío!». «¡No te lo voy a dar!» No comparten sus juguetes ni su merienda con nadie.
También hay adultos egoístas que solo se preocupan por sí mismos. No les importa si ven que alguien pasa hambre, si no tiene ropa que ponerse o si necesita ayuda.
Esto entristece el corazón de Dios, porque él nos enseñó que debemos ser amables con los demás y ayudar a los necesitados.
¿Sabías que las personas de buen corazón, a las que les gusta ayudar a los demás, son más sanas y felices que las personas egoístas?
Cuando ayudes a alguien, recuerda hacerlo con alegría.
En acción
Hay muchas personas que necesitan tu ayuda. Prepara una merienda para dársela a alguien que viva en la calle.