10 noviembre | Niños
«Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios» Efesios 2: 19
¿Recuerdas la historia del mundo perfecto que se llenó de imperfecciones a causa del pecado? ¿Recuerdas que Satanás quería ocupar el lugar de Jesús? Él quería que todas las personas fueran su familia y no la familia de Dios.
Cuando una persona desobedece a Dios, se separa de él y pasa a formar parte de la familia de Satanás.
Después del pecado, las personas se convirtieron en enemigos de Dios y amigos de Satanás. Pero Jesús vino a morir para que todos volvieran a formar parte de la familia de Dios.
Tú y yo podemos ser parte de la familia de Dios. ¡Qué felicidad!
En acción
Dibuja tu familia y pon a Jesús en medio de ella.