18 noviembre | Niños
«Sobre todo, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto» Colosenses 3: 14
¿Recuerdas lo que sucedió cuando Adán y Eva pecaron? La gente se hizo amiga de Satanás y se parecía a él. Los hijos se volvieron desobedientes a sus padres, los padres empezaron a tratar mal a sus hijos, empezaron las peleas, las guerras, las enfermedades, la muerte. Parecerse a Satanás es ser malo, mentir, ser egoísta, tratar mal a los demás y ser muy infeliz.
Pero tú no quieres ser como este gran enemigo, ¿verdad? Yo quiero ser como Jesús. ¿No quieres tú también ser como él?
Cuando decimos: «Querido Jesús, quiero que el Señor viva en mi corazón», él limpia nuestro corazón y nos hace semejantes a él.
Si le has pedido a Jesús que limpie tu corazón, él te hará obediente a tus padres, amable con tus hermanos, tus amigos y tu mascota, te hará reverente en la casa de Dios, te hará decir solo la verdad, te hará pensar solo en cosas buenas y correctas, y te hará usar palabras amables y amar a todos.
En acción
Dibuja un mundo feliz con personas que sean como Jesús.