4 diciembre | Niños

Nuestro defensor

«Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan» Hebreos 9: 28.

¿Recuerdas que Satanás tentó a Jesús tres veces en el desierto? Quería que Jesús creyera sus mentiras y así, el mal dominaría nuestro mundo para siempre.

Pero Jesús le dijo no a Satanás, y Satanás huyó de su presencia. Jesús venció y Satanás fue derrotado.

Hoy el mismo Satanás nos vigila a todos para tentarnos y hacernos creer sus mentiras para que perdamos el Cielo.

Cuando hacemos algo malo, él se ríe de nosotros, pero si pedimos perdón, tenemos un defensor: Jesús, que recibe nuestras oraciones para que podamos ser purificados por él. Y dice: «He muerto por este niño, y puedo ofrecerle mi perdón, mi pureza y mi justicia. No tienes ninguna oportunidad, Satanás».

Gracias a su sacrificio en la cruz, Jesús cargó con nuestros pecados y puso sobre nosotros su perfección.

Jesús es nuestro sumo sacerdote, nuestro abogado, y nos defiende mientras Satanás nos acusa de ser débiles ante Dios.

En acción

Repite el versículo: «Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan» Hebreos 9: 28.