14 diciembre | Niños
«No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él» 1 Juan 2: 15
¿Cuál es el primer mandamiento? ¿Lo recuerdas? No tendrás dioses ajenos delante de mí. Dios te pide que lo ames más que a nada, porque te haces semejante a lo que más amas y a lo que adoras.
Amamos a nuestra familia y amamos a nuestras mascotas, ¿verdad? Esto no está mal. Pero por encima de nuestra familia y nuestras mascotas, debemos amar a Dios.
Pero hay otra forma de amar al mundo. Algunas personas están muy lejos de Dios y se han hecho amigos de Satanás. Por lo tanto, aman lo que Satanás ama. Les encanta burlarse de los demás, herir a los demás, ser orgullosos, egoístas y mezquinos.
Dios les pide a estas personas que dejen de amar lo que es malo. Si siguen así, pueden perder el cielo, porque el cielo pertenece a las personas que aman a Dios y no al enemigo.
En acción
Oremos: «Querido Dios, no deseo amar al mundo. Ayúdame a amar solo las cosas de Dios. En el nombre de Jesús, amén».