4 febrero | Niños

¿Por qué no debemos comer cerdo?

«También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo» Levítico 11: 7

Cuando Dios creó al hombre, le dio alimentos sanos para comer: frutas, verduras, cereales, etc. Incluso después del pecado, ¡la gente vivió muchos años! ¡Matusalén vivió 969 años! ¡Puedes creerlo! ¡Es algo increíble!

Después del diluvio, Noé y su familia no tenían qué comer, porque todo había sido destruido. Así que Dios les permitió comer carne.

Pero incluso en ese entonces, Dios dio algunas pautas para que solo algunos animales, los que estaban limpios, se pudieran comer.

Un animal limpio debía rumiar, como la vaca, y tener las pezuñas partidas en dos. De los ríos y los mares, solo debían comer los que tienen escamas y aletas.

El cerdo era (y es) un animal que no se encuentra entre los animales limpios. Hay muchos estudios que demuestran que su carne es perjudicial para la salud.

¡Dios es sabio! Todo lo que comemos se convierte en sangre y alimenta nuestro cerebro, a través del cual Dios nos habla. Debemos cuidar nuestra salud para no entorpecer la comunicación entre Dios y nosotros.

En acción

Pide a tu mamá o a tu papá que te expliquen cómo rumian su comida los animales limpios.