23 diciembre | Niños
«Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo» Apocalipsis 3: 20.
¿Alguna vez alguien ha tocado tu puerta? ¿Era un amigo que te llamaba para jugar? ¿Era el cartero? ¿Han sido tus abuelos que te visitaban?
Hay Alguien muy especial que también llama a nuestra puerta. ¿Sabes quién es? Jesús.
Él no llama a la puerta de nuestra casa, sino a la puerta de nuestro corazón. Él desea fervientemente que escuches su voz y creas en su amor y en sus promesas.
Tu amistad con Jesús es como si fuera un invitado especial a cenar.
Cuando Juan escribió que Jesús está llamando a la puerta de nuestro corazón, estaba hablando a un grupo de personas que habían olvidado a Jesús y ya no se preocupaban por él. Necesitaban arrepentirse de las cosas malas que estaban haciendo, o perderían el Cielo.
Jesús también está llamando a tu corazoncito. ¿Le abrirás la puerta?
En acción
Dibuja la puerta de tu corazón abierta.