7 febrero | Niños
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo» Levítico 19: 18.
Dios es amor. Y las personas que aman a Dios, se aman a sí mismas y aman a los demás. A pesar de ello, es natural sentir enojo hacia alguien de vez en cuando; todos experimentamos momentos en los que las acciones de otros nos frustran o molestan. Sin embargo, es importante recordar que nosotros también podemos actuar de manera que desagrade a los que nos rodean.
Pregúntate: ¿cómo te sientes cuando tus amigos, hermanos, o tus padres te tratan con bondad y comprensión? Amar a los demás significa tratarlos con el mismo respeto y cuidado que deseamos para nosotros.
Por ejemplo, si accidentalmente dañaras algo valioso para tu mamá, seguramente esperarías su perdón, ¿verdad? De igual manera, debemos estar dispuestos a perdonar a aquellos que nos ofenden o nos causan tristeza.
En acción
Encuentra un momento tranquilo para hablar con tu mamá acerca de una ocasión en la que alguien te hizo sentir enojo. Compartan sus sentimientos y reflexionen sobre la importancia del perdón y la comprensión mutua.