14 febrero | Niños
«Abrió la tierra su boca y se los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré y a todos sus bienes» Números 16: 32
Dios es amor. Ama a todas las personas. Sin embargo, la existencia de fuerzas opuestas a Dios, lideradas por Satanás, presenta un desafío constante en nuestro mundo. Estas fuerzas buscan distorsionar la imagen de Dios, intentando convencer a las personas de que Dios no es bueno.
Qué pena que muchas personas crean en el enemigo de Dios y se conviertan en sus defensores, ¿verdad? Entre el pueblo de Israel había algunos que eran amigos de Satanás. Uno de ellos era Coré, primo de Moisés.
Un día, llamó a otros para que se le unieran, y empezaron a hablar mal de Moisés. También dijeron que deberían haberse quedado en Egipto, ¡porque allí estaba mejor! Estaban a punto de iniciar una guerra entre el pueblo.
No luchaban únicamente contra Moisés, sino también contra Dios. Dios estaba muy triste por esto. Siempre había tratado bien a estos hombres, y ellos habían decidido ser sus enemigos.
Así que un gran hoyo se abrió debajo de todos los hombres malvados y ellos cayeron en él y murieron. Fue un trágico final. Este episodio nos recuerda la importancia de discernir cuidadosamente a quién seguimos y en quién depositamos nuestra confianza.
En acción
Dedica un momento para orar con tu familia. Pueden pedir juntos la guía y la sabiduría para permanecer siempre del lado de Jesús, eligiendo el amor y rechazando las mentiras y la división que Satanás intenta sembrar. Oren para que sus corazones estén siempre abiertos al amor de Dios, listos para seguir su camino y ser portadores de su luz en el mundo.