18 febrero | Niños
«Señalaréis ciudades, ciudades que os sirvan de refugio» Números 35: 11
Antes de que llegaran a Canaán, Dios ordenó a Moisés que apartara algunas ciudades de refugio.
¿Para qué servirían? Para lo siguiente: si alguien hería accidentalmente a otro, podía huir a esa ciudad. Una vez allí, el fugitivo tenía que contar lo sucedido a los hombres que estaban a las puertas de la ciudad; esos hombres se llamaban ancianos. Los ancianos trataban muy bien a la gente.
Si los ancianos veían que el fugitivo era inocente, se quedaba allí y lo protegían. Pero si salía de la ciudad, sería peligroso para él.
Algunos fugitivos no eran inocentes, y los ancianos no les permitían quedarse allí.
Hoy ya no existen tales ciudades refugio, pero cuando caminamos con Jesús, él es nuestra mayor protección.
En acción
Pídele a tu mamá que te ayude a encontrar el nombre de las seis ciudades de refugio que existieron en Israel.