20 febrero | Niños
«Conoce, pues, que Jehová, tu Dios, es Dios, Dios fiel» Deuteronomio 7: 9
¿Alguna vez te prometieron algo? ¿Un regalo, un paseo u otra cosa? ¿Has estado esperando a que se cumpliera lo que te prometieron? ¿Y si esa persona se olvidara de darte o cumplir lo te prometió? ¿Te sentirías triste? Yo estaría triste.
¿Sabías que Dios te hizo grandes promesas a ti y a todos sus hijos?
Al principio de este libro está la historia de la desobediencia de Adán y Eva. Dios les prometió que, para volver un día a vivir en el Jardín del Edén, él mismo moriría por sus pecados. Y él cumplió esa promesa y vino al mundo como un pequeño bebé, creció y fue asesinado en una cruz. Sufrió mucho. Pero él siempre cumple sus promesas.
A lo largo de la historia, vemos cómo Dios ha sido fiel al pueblo de Israel, a pesar de sus fallos y desobediencias. Y hoy, tenemos una promesa aún más grande esperándonos: Jesús ha prometido volver por nosotros, para llevarnos a un lugar donde no habrá dolor, tristeza ni separación.
En acción
Imagina cómo es el cielo, ese lugar prometido donde viviremos en perfecta comunión con Dios. Haz un dibujo de lo que más te gustaría ver allí. Este ejercicio no solo es una forma de expresión creativa, sino también un recordatorio de la esperanza y las promesas eternas que nos ha dado Dios.