13 marzo | Niños
«Salió a su encuentro el dueño de la casa y les dijo: —No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal. Puesto que este hombre es mi huésped, no hagáis esta maldad» Jueces 19: 23
¿Cuántas veces te dice tu madre o tu padre: «No hables con gente extraña» o «No deberías salir solo por la ciudad»? Te lo dicen para protegerte. Hay gente mala que a veces se acerca sigilosamente como si fueran buenos, pero pueden hacerte mucho daño.
¿Sabes por qué la gente es mala? Porque abandonan a Dios. Una persona que no tiene a Dios obedece a Satanás. Y todo lo que Satanás hace es causar el mal. Por eso la gente roba, lastima y mata a otros.
Un relato particularmente trágico en la época de Israel ilustra las devastadoras consecuencias de abandonar los caminos de Dios. La violencia y el daño infligido a una mujer extranjera, que culminó en su muerte, provocaron una profunda tristeza y consternación entre los israelitas, recordándoles la importancia de mantenerse cerca de Dios y sus enseñanzas.
En acción
Como una forma de reflexionar sobre la importancia del amor y la guía de Dios en nuestras vidas, dibuja dos corazones: uno que refleje el amor y la cercanía a Dios, y otro que represente la distancia de él. Este ejercicio visual puede ayudarte a recordar que mantener a Dios en el centro de nuestro corazón nos guía hacia acciones y decisiones llenas de amor, compasión y justicia.