4 enero | Adolescentes
«Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» Génesis 2: 16-17
Adán y Eva tenían una vida increíble en el Jardín del Edén. Cuidaban de todas las plantas y animales, y Adán hasta tenía la divertida tarea de dar nombres a todos los animales. ¡Imagina nombrar a cada animal que ves! Pero, en medio de toda esta belleza y diversión, Dios les dio una regla muy importante: «Pueden comer libremente de cualquier árbol del jardín, pero no coman del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que coman de él, ciertamente morirán».
Un día, mientras paseaba por el jardín, Eva encontró una serpiente cerca de este árbol especial. La serpiente convenció a Eva y ella comió del fruto prohibido, además compartió también un pedazo del fruto con Adán. Lamentablemente, al desobedecer la única regla que Dios había dado, Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén.
Esta historia nos enseña que cuando Dios nos pide hacer o no hacer algo, es porque Él sabe qué es lo mejor para nosotros. Así como nuestros padres nos dan reglas para protegernos, Dios hace lo mismo. Cuando hacemos algo malo, esto trae consecuencias. Es decir, cosas malas pueden ocurrirnos al desobedecer a Dios y a nuestros padres. ¡Sé obediente y tu hogar será muy feliz!
En Acción:
Durante dos días, acepta el desafío de obedecer inmediatamente todo lo que tus padres pidan, sin dudar ni cuestionar. Sí, sé que a algunas niñas y niños no les gustará la idea, pero verás durante estos dos días que la obediencia inmediata puede traer una armonía y una alegría increíble a tu hogar.