5 enero | Adolescentes
«Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.» Génesis 3: 15
¿Sabías que la primera promesa de Dios está justo en el primer libro de la Biblia? En Génesis 3:15, después de que Adán y Eva desobedecieron a Dios, Él hizo una promesa increíble: «Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar». ¿Prestaste atención? Alguien nacido de una mujer aplastaría la cabeza de la serpiente. Esta promesa señalaba hacia el futuro, hacia la venida de Jesús.
Desde el principio, cuando el mal entró en el mundo, Dios ya tenía un plan para salvarnos. Prometió que Jesús vendría para liberarnos del pecado y de la influencia del mal. ¿Y adivina qué? ¡Dios cumplió su promesa! Jesús vino a nuestro mundo, vivió, murió y resucitó, y aunque el mal aún exista en nuestro mundo, la victoria final de Jesús está garantizada.
Esta promesa nos muestra que podemos y debemos seguir confiando en la Palabra de Dios. Así como Él cumplió la promesa de enviar a Jesús, cumplirá todas las demás promesas en la Biblia. ¡Dios es fiel y siempre cumple lo que promete!
En Acción:
Elige una promesa de la Biblia para memorizar y recuérdala en momentos difíciles. Puede ser una promesa de protección, de amor o de cuidado. Cuando te sientas triste o preocupado, repite esta promesa y recuerda que Dios siempre está contigo, cumpliendo lo que prometió.