7 enero | Adolescentes
«Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.» Génesis 7:1,5
Hace mucho tiempo, alrededor de 1.400 años después de que Dios creó el mundo, las personas comenzaron a comportarse de manera que entristecía mucho a Dios. Se volvieron egoístas, malvadas, envidiosas y agresivas. Dios, al ver todo esto, decidió hacer algo para cambiar la situación. El Señor habló a Noé, un hombre bueno y justo, y le dio una tarea especial: construir una gran Arca.
Noé trabajó en el Arca por 120 años, y durante todo ese tiempo, las personas a su alrededor no entendieron lo que estaba haciendo y no quisieron ayudar. Pero Noé hizo todo conforme el Señor le había ordenado. Cuando el arca estuvo lista, los animales entraron en ella, en parejas, y entonces comenzó a llover. Llovió durante 40 días y 40 noches, y el agua lo cubrió todo. Aún así, Noé, su familia y todos los animales estaban seguros dentro del Arca.
Cuando finalmente dejó de llover y la tierra se secó, Dios colocó un hermoso arcoíris en el cielo. Este arcoíris era una señal de la promesa de Dios: nunca más enviaría un diluvio para cubrir toda la tierra. Este también es un símbolo que nos recuerda que Dios siempre cumple Sus promesas. Cuando vemos un arcoíris, podemos recordar que Dios es fiel y verdadero. La Biblia está llena de promesas de que Dios siempre cuidará de nosotros. Así como cuidó de Noé, de su familia y de todos los animales, Dios también quiere cuidarte a ti y a tu familia.
En Acción:
Haz un dibujo bien bonito del arcoíris y pégalo en tu ventana. ¡Esfuérzate! Cada vez que lo mires, recuerda las promesas de Dios y de que Él siempre nos cuida.