13 abril | Adolescentes

¿POR QUÉ DIOS PERMITIÓ LA CAÍDA DE JERUSALÉN?

«Aconteció en el noveno año de su reinado, el día diez del mes décimo, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalén.» 2 Reyes 25: 1

La historia de Jerusalén nos muestra que, a veces, suceden cosas malas, y estas pueden ser una forma más en la que Dios nos enseña lecciones importantes. ¿Sabes cuando estás jugando y de repente te lastimas? ¿O cuando quieres mucho algo, pero no puedes tenerlo? Esto no significa que Dios no te esté cuidando. ¡De hecho, puede ser todo lo contrario!

A veces, Dios permite algunas cosas para mostrarnos que podemos ser fuertes y aprender de cada situación, incluso si es difícil.

La caída de Jerusalén fue un momento muy triste en la historia. El pueblo de Dios vio su ciudad destruida y muchos fueron llevados lejos de sus hogares. Pero sabes, incluso en ese momento difícil, Dios estaba con ellos. Dios no promete que nuestra vida estará compuesta tan solo por momentos felices y sin ningún tipo de problema. Lo que Él promete es que, no importa lo que suceda, Él estará a nuestro lado, ayudándonos a enfrentar cualquier situación. Incluso en las horas más oscuras, si volvemos a Dios y le pedimos ayuda, Él estará listo para recibirnos de vuelta y ayudarnos a reconstruir nuestras vidas, así como ayudó al pueblo de Jerusalén más adelante.

En Acción:

Toma un juego de cartas e intenta construir un castillo lo más grande posible. Cada vez que las cartas caigan, no te rindas, sigue intentándolo. Esto te recordará que, al igual que el pueblo de Jerusalén tuvo la oportunidad de reconstruir su ciudad con la ayuda de Dios, nosotros también siempre tenemos la oportunidad de reconstruir nuestras vidas con Su ayuda, no importa cuántas veces fallemos o enfrentemos dificultades.