25 abril | Adolescentes
«Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá, y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó. Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los ídolos y a las imágenes de Asera; y la ira vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado.» 2 Crónicas 24: 17,18
La historia de Joás, que encontramos en 2 Crónicas 24, es un poderoso recordatorio de que comenzar bien no garantiza que terminemos bien. Joás se convirtió en rey siendo muy joven y, al principio, hizo lo correcto ante los ojos de Dios. Bajo la orientación del sacerdote Joiada, incluso restauró el Templo del Señor. Parecía que Joás estaba en el camino correcto para ser uno de los grandes reyes de Judá.
Pero (siempre hay un «pero», ¿no?), después de la muerte del sacerdote, las cosas cambiaron. Joás dejó de seguir a Dios y comenzó a escuchar malos consejos. Esto lo llevó a tomar malas decisiones, alejándose del camino que había elegido inicialmente. ¿El resultado? Su reinado, que comenzó con tanto potencial, terminó en tragedia.
Esta historia nos enseña una lección que nunca deberíamos olvidar: nuestras elecciones diarias importan. Es fácil comenzar con entusiasmo y buenas intenciones, pero mantenerse fiel a lo largo del tiempo requiere mucho esfuerzo y decisiones sabias. Joás nos muestra que no basta solo un buen comienzo; necesitamos también un buen medio y un buen final. Solo así la historia de nuestra vida valdrá la pena.
En Acción:
En los próximos días, enfoquémonos en desarrollar buenos hábitos. Elige algo sencillo para mejorar tu rutina, como levantarte más temprano, incluir ensaladas en las comidas, o aumentar tu lectura diaria. ¿Aceptas un desafío? Cambia unos minutos de pantalla por leer ese libro o cómic que siempre quisiste leer. Este pequeño ajuste puede hacer una gran diferencia en tu día y ayudarte a mantener un buen camino, evitando terminar como Joás. ¿Vamos a empezar?