13 enero | Adolescentes

LA ELECCIÓN DE REBECA

«Sea, pues, que la joven a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.» Génesis 24: 14

Hace mucho tiempo, Abraham quería que su hijo Isaac se casara con alguien especial y de su propio pueblo. Le pidió a su siervo de confianza que viajara hasta su tierra natal para encontrar a la persona perfecta para Isaac. ¡Imagina qué aventura y qué responsabilidad: viajar por desiertos y tierras lejanas en busca de un amor para el hijo de su jefe!

Al llegar, el siervo hizo una oración, pidiendo una señal para encontrar a la esposa ideal para Isaac. Pensó: «La primera joven que me ofrezca agua y también a mis camellos será la elegida». ¡Y apareció Rebeca! Ella fue bondadosa y dio agua al siervo y a los camellos. ¡Era exactamente el signo que él había pedido!

Rebeca, con un corazón valiente, aceptó casarse con Isaac, incluso sin conocerlo, y viajó a una nueva tierra. Cuando Isaac y Rebeca se encontraron, fue amor a primera vista. Isaac quedó encantado con Rebeca, y ella se convirtió en una parte muy importante de su familia. ¿Y todo esto por qué? Porque Rebeca hizo algo simple, el acto de amabilidad de ofrecer agua, que tuvo un gran impacto en su vida y cambió la historia. Ella ni siquiera imaginaba lo que sucedería después de ese acto de bondad. Esto nos recuerda que nuestras acciones, incluso las más pequeñas, pueden tener grandes efectos. ¡Que esto nos anime a hacer el bien cada día, incluso en las pequeñas cosas, porque nunca sabemos cuánto podemos cambiar el mundo!

En Acción:

¡Te desafío a hacer un gesto de bondad hoy! Puede ser ofrecer un vaso de agua a alguien, ayudar a un amigo o incluso compartir un bocadillo. ¡Observa cómo las pequeñas acciones pueden hacer una gran diferencia!