10 mayo | Adolescentes
«Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.» Job 42: 10
La historia de Job es una de las más emocionantes y profundas de la Biblia, donde vemos el poder restaurador de Dios en acción. Es uno de los mayores ejemplos bíblicos de este poder. Después de una larga jornada de sufrimiento, enfermedad, pérdidas y cuestionamientos, Job llega a un punto en el que humildemente reconoce sus limitaciones ante la grandeza de Dios. Él dice: «De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza» (Job 42: 5-6).
Es en ese momento de completa entrega y reconocimiento de la soberanía de Dios que Job experimenta la restauración divina. Dios no solo responde a Job, sino que también lo bendice de manera aún más increíble que antes. Job recibe de vuelta todo en doble: salud, riquezas y hasta una nueva familia.
En nuestra vida, la restauración puede venir de muchas formas. Puede tratarse de recuperar la salud tras una enfermedad y volver a jugar, conseguir de nuevo un espacio en la escuela después de haberlo perdido, o ver a tus padres felices juntos después de un tiempo difícil en su matrimonio. Estos «finales felices» nos muestran que, incluso en los momentos más difíciles, cuando parece que todo está perdido, Dios tiene el poder de restaurar completamente nuestras vidas.
En Acción:
Escribe una carta a Dios contándole sobre todo lo que desearías ver restaurado. Después de escribirla, haz una oración entregando todos estos pedidos a Dios.