11 mayo | Adolescentes

EN LA LEY ESTÁ SU DELICIA

«Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.» Salmos 1: 1,2

La primera parte del Salmo 1 (versículos 1-2) nos enseña algo muy importante sobre las compañías que elegimos. El texto dice: «Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.» Esto quiere decir que ser dichoso, o sea, feliz, también implica elegir bien con quién pasamos nuestro tiempo.

A veces, podemos encontrarnos con personas que no toman buenas decisiones o que se burlan de las cosas de Dios. Estas no son las mejores compañías, pues pueden influenciarnos a seguir un camino que no agrada al Señor. Todos somos influenciables, por eso debemos buscar amistades con personas que confían en Dios y obedecen Su Ley. Cuando estamos cerca de personas que aman y respetan a Dios, nos sentimos animados a hacer lo mismo. Este consejo no es un llamado a aislarte y compartir tiempo solo con personas de tu misma fe, pero sí a prestar más atención en lo que hacen y creen aquellos con los que pasas la mayor parte de tu tiempo,

En Acción:

Haz una lista de las cualidades que consideras importantes en un amigo. Pueden ser bondad, honestidad, respeto, amor por Dios, entre otras. Luego, piensa en tus amigos y considera cuáles de ellos tienen estas cualidades. Intenta pasar más tiempo con esos amigos y, juntos, realicen actividades que los acerquen a Dios, como estudiar la Biblia, orar o ayudar a los demás. Recuerda, elegir buenas compañías es un paso importante para vivir una vida que agrada a Dios.