15 mayo | Adolescentes
« ¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Jehová, roca mía y redentor mío!» Salmo 19: 14
¿Alguna vez has visto una roca grande y sólida? ¿Has intentado levantarla o moverla? Imposible ¿verdad? Permanece allí, firme y fuerte, sin importar el viento o la lluvia. No importa el problema que tengas que enfrentar. Lo interesante es que la Biblia compara a Dios como nuestra Roca inquebrantable.
En el Salmo 19, David nos muestra cómo Dios es esa Roca segura. Le pide a Dios que lo ayude a no cometer errores y que sus palabras y pensamientos sean agradables a los ojos de Dios. David sabía que, aunque fuera rey, necesitaba a Dios, la Roca que nunca se mueve ni cambia, para apoyarse en todo momento. También buscaba la protección de esa Roca.
Dios, como nuestra Roca, nos brinda seguridad y estabilidad. Cuando estamos confundidos, Él nos da dirección. Cuando tenemos miedo, Él nos da valor. Y aunque nos sintamos solos, podemos recordar que Dios, nuestra Roca, siempre está con nosotros.
Recuerda siempre: Dios es nuestra Roca firme. Él es constante, fuerte y siempre confiable. No importa lo que suceda a nuestro alrededor, siempre podemos contar con Él, porque Él siempre estará allí, como una Roca.
En Acción:
Para recordar la Roca firme que es Dios para nosotros, ¿qué tal hacer una actividad especial? Encuentra una piedra y decórala con palabras o dibujos que te recuerden lo que Dios significa para ti. Puede ser «fuerza», «amor», «protección» o cualquier otra cosa que sientas que Él suma a tu vida. Luego, coloca esa piedra en un lugar especial en tu habitación para recordar siempre que Dios es tu Roca.