14 enero | Adolescentes
«Pues yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas» Génesis 28: 15
¿Recuerdas lo que soñaste anoche? ¿Alguna vez has tenido un sueño que parecía tan real que, al despertar, aún podías recordar cada uno de sus detalles? Jacob, uno de los hijos de Isaac, tuvo un sueño así. Estaba huyendo de su hermano Esaú, con quien había tenido una gran disputa por la bendición de su padre. Durante su huida, Jacob se detuvo a descansar y tuvo un sueño en el que vio una escalera que unía a la tierra con el cielo, con ángeles subiendo y bajando por ella. En la parte superior de la escalera estaba Dios, quien habló con Jacob y renovó las promesas hechas a Abraham e Isaac.
Este sueño fue muy especial para Jacob, especialmente porque se sentía muy solo y asustado. Esta escalera simbolizaba la conexión entre el cielo y la tierra, y los ángeles demostraban que Dios estaba cuidando a Jacob. Por medio de este sueño, Dios quería que Jacob supiera que Él estaba muy cerca, aunque él no pudiera verlo.
Cada vez que oramos, es como si estuviésemos subiendo esta escalera especial para hablar directamente con Dios, quien está allí arriba, en el cielo, cuidándonos constantemente. Siempre que te sientas solo o necesites ayuda, recuerda, Dios está a tan solo una oración de distancia. Sube la escalera del sueño de Jacob y habla directamente con tu Creador.
En Acción:
¡Construye una «escalera de bendiciones»! Usa palitos de helado, cartón o cualquier material que tengas en casa para crear una pequeña escalera. En cada escalón, describe en pocas palabras una bendición que hayas recibido. ¡Deja espacio para agregar más escalones a medida que descubras nuevas bendiciones en tu vida!