25 mayo | Adolescentes
«Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.» Salmos 51: 10
¿Alguna vez te has sentido mal por haber hecho algo incorrecto? Todos cometemos errores, pero lo importante es cómo actuamos tras reconocerlos. En el Salmo 51, el rey David pide a Dios un corazón puro: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu». David pidió esto porque había cometido un gran error y sabía que necesitaba la ayuda de Dios para cambiar.
David no quería solo una «disculpa» de Dios. Quería que Dios transformara su corazón y sus actitudes. ¡Esto es súper importante! Pedir perdón es el primer paso, pero también necesitamos querer ser diferentes, ser mejores. Y para eso, necesitamos la ayuda de Dios, Él es el único que puede verdaderamente cambiar nuestro corazón. Así, podemos ser como David y pedir: «Susténtame con tu espíritu noble».
En Acción:
Crea una «Caja del corazón puro» usando una caja de zapatos o cualquier otra caja pequeña. Decórala como prefieras. Dentro de ella, coloca pedazos de papel con cosas que te gustaría mejorar en ti mismo, como ser más paciente, amable u honesto. Siempre que notes que has mejorado en algún aspecto, retira el papel correspondiente de la caja. Esto será un recordatorio visual de tu progreso en tener un corazón más puro y agradable para Dios.