31 mayo | Adolescentes
«Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.» Salmos 96: 13
Imagina un mundo donde todas las decisiones que se toman son hechas con total justicia. Sería maravilloso, ¿verdad? En el versículo de hoy, Dios es comparado con un juez supremo que un día juzgará la Tierra con perfecta justicia y sabiduría: «Alégrense los cielos, y gócese la tierra; brame el mar y su plenitud. Regocíjese el campo, y todo lo que en él está; entonces todos los árboles del bosque rebosarán de gozo delante del Señor, porque viene, porque viene a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad». Así como un juez en un tribunal escucha atentamente todos los lados de un caso, Dios conoce cada detalle de nuestras vidas, cada pensamiento y cada acción.
Nuestra vida diaria es como un libro abierto para Dios. Él ve cómo tratamos a las personas a nuestro alrededor, cómo reaccionamos en situaciones difíciles y cómo expresamos nuestro amor y nuestra fe. Aunque somos salvos por la gracia de Dios, las elecciones que hacemos todos los días reflejan cuánto entendemos y aceptamos esa salvación. Dios desea que vivamos de una manera que muestre Su amor y bondad, practicando la honestidad, la gentileza y cuidando unos de los otros.
En Acción:
Invita a tu familia a una actividad divertida en la que puedan simular un tribunal. Elijan un «juez» y presenten un caso ficticio para ser juzgado. El «juez» debe escuchar todos los argumentos y tomar una decisión justa y ponderada. Este juego les ayudará a comprender la importancia de escuchar cuidadosamente y tomar decisiones justas, tal como Dios hará en Su juicio final.